Cuando la música se siente tiene el poder de llegar más allá de nuestras entrañas, el acomodo de notas progresivas, una tras otra nos puede llevar a terrenos desconocidos donde logramos entender líricas en idiomas ajenos, sólo con tonalidades que nos atrapan para dejarnos en terreno seguro, un lugar donde somos nosotros mismos y el llanto o la sonrisa llegan sin darnos cuenta.
En terrenos musicales los géneros pululan, a través de su historia los representantes que se lanzan al vacío mostrando vísceras, se vuelven inmortales aún sin perseguir la vida eterna, es por medio de letras e interpretaciones que se trasladan al terreno donde dioses y musas conviven para darle sentido a la vida a través de expresiones artísticas.
Experimentar el placer de dejarse llevar con melodías que detienen el tiempo y tienen la capacidad de viajar a través de él para dejarnos en el primer momento donde fueron escuchadas, como una réplica exacta de esa emoción que nos llevó a escoger una canción en específico y se volvió compañera para siempre.
Con una voz profunda el crooner neozelandés de nombre Marlon Williams es de esos artistas que se vuelven clásicos y atemporales de forma inmediata, nos bastan pocos minutos para darnos cuenta que estamos ante alguien que nació grande y en alma vieja, poseído por intérpretes con capacidades extraordinarias capaces de embrujar al compás de su voz.
Fue en abril del 2015 cuando Marlon Williams debuta con el disco homónimo que le valió aplausos para consagrarse en 2018 con Make Way For Love, el segundo opus lleno de himnos en color azul interpretados magistralmente en el histórico ayuntamiento de Auckland en Nueva Zelanda plasmados en un disco doble donde esos clásicos instantáneos se quedaron como ecos eternos en las paredes de lo histórico.
A través de su corta carrera y edad Marlon Williams se ha dado el lujo de reinterpretar Portrait Of a Man de Screaming Jay Hawkins siendo el epítome vocal que le dio nueva vida a una canción que se encontraba perdida esperando al arqueólogo indicado para encontrarla y sacarle el mejor provecho.
En esta entrega Marlon Williams con I Didn´t Make a Plan, la voz vieja en cuerpo joven que encuentra en el artista las cuerdas correctas para llevarnos al lunes azul presente en días dispares.
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