Por: Equal Music

Crear nos permite emanar energía y liberarnos de todo aquello que nos acongoja, compartir lo que nos hace felices, sublimar cualquier emoción que nos pide a gritos ser expulsada  mediante la expresión elegida por la musa en turno.

Somos coleccionistas de momentos, finalmente la vida no es más que eso, un conjunto de situaciones que pasan, luchamos por que éstas sean siempre gratas o por lo menos extenderlas lo más posible para que sean indelebles en la memoria.

Dentro de Sophie Fustec la sangre europea y latina se abrazan, en su música el reflejo de sus antepasados se asoma, cadencia y sonoridad, el yin y el Yang compartiendo respiros, corazón partido donde los continentes desconocen fronteras.

Es a partir de la dualidad que en 2015 nació el alter ego franco venezolano llamado La Chica, bruja cósmica, licántropa y chamana sonora con el poder de sanar dolores propios bajo el cobijo de su música.

Cercana a la música desde la infancia en un hogar donde el silencio no cabía, el piano y violín se convirtieron en compañeros de vida, y fue con ellos que la creación de terapias melódicas esperaron el momento indicado.

La Chica crea universos con elementos simples, artesana minimalista de voz dulce mas no pasiva, el estruendo de su lírica recorre entrañas sin parar, la pérdida temprana de su hermano se transformó en himnos compilados en un album que mostró catarsis bajo el nombre de La Loba.

En esta entrega Drink de La Chica, la comunión entre cielo y tierra para no olvidar a los que no se han ido.