Por: Equal Music
El arte en general ha sido considerado como pasatiempo, aquellos dedicados por completo a la creación se han visto estigmatizados y con cierto desdén donde fuera de la burbuja todo es pasatiempo, elegir dicha profesión es remar contracorriente sobre todo en Latinoamérica donde no se ha entendido el valor real de la cultura y lo que ésta puede aportar incluso al producto interno bruto de un país.
Ser emprendedor va más allá de sólo generar, la honestidad de las creaciones es el principal factor de conexión y creación de comunidad, no siempre la ruta establecida es la que necesita seguirse, la creatividad también aplica a la hora de mostrarse ante un público sobre estimulado ante algoritmos engañosos, destacar no es copiar fórmulas pues éstas no existen, la única constate es y debe ser la constancia.
Es en base a estos preceptos que músicas como Amanda Palmer fue brillando desde sus inicios, la personificación de ¨The Eight Foot Bride¨ sólo necesitó una caja, flores y permanecer valiente ante los embates de aquellos que no entendían su por qué.
Fue así que proyectos como Dresden Dolls lograron fondear giras, grabaciones y el lanzamiento de música que hasta ahora seguimos apreciando y no sería posible sin los esfuerzos de Palmer por estar fuera de la línea marcada por muchos pero que ella rompió al ser visionaria del crowdfunding cuando nadie hablaba de ello y así fue como en 2005 Dresden Dolls giraron como teloneros abrieron de Nine Inch Nails dando más fuerza a su mensaje y la coherencia con que siempre ha llevado su carrera.
El impacto de Amanda Palmer en el DIY ha ido más allá pues en sus palabras la pregunta no es ¿cómo hacemos para que el público pague por la música sino cómo dejamos que el público pague y se involucre con nuestra música?, en su libro ¨El Arte de Pedir¨ ofrece mediante su experiencia el adentrarnos en la empatía para saber qué dar a cambio y dejar atrás la pena que para muchos significa pedir aún son su canciones y espectáculos la moneda que damos.
En esta entrega Girl Anachronism de Dresden Dolls, el proyecto génesis de Amanda Palmer, power girl que logró la independencia tan añorada por muchos pero disfrutada por pocos.